En mayo de 1917, Manuel Magallanes Moure tiene treinta y ocho años. Ya era un escritor exitoso y la cordillera es su lugar de descanso. Es padre de Mireya, su única hija, que entrará próximamente a la adolescencia. ¿Cómo compatibilizar sus ansias de aislamiento y libertad con su ineludible responsabilidad de padre educador y formador? El derecho a la privacidad, Artzybashev, las ilusiones y el destino de ser uno mismo son los temas que trata el artista en sus cartas. En un viaje que nos lleva noventa años en el pasado, este volumen propone, a partir del epistolario entre padre e hija, un viaje al Cajón del Maipo para instalarnos entre los cerros de El Melocotón a vivir con Magallanes Moure por temporadas en la gran casa de doña Teresa Carvallo Elizalde: tanto la casa como Teresa son refugio de viajeros, familiares y algunos personajes destacados. Magallanes, entre pinturas y bosquejos, y mientras sueña al sol, echado en la maleza, al borde del río o en lo alto de los cerros, buscando la armonía consigo mismo, sumergido en la naturaleza que lo rodea, observa, describe y se hace parte de una desconocida y pequeña historia cajonina.
